Puedes rezar en cualquier lugar.
Lo conveniente es tener un lugar de oración privado.
Elige ese espacio con cuidado, si puedes haz un altar, donde coloques los iconos–imágenes de santos o lo que a ti te inspire.
Coloca una velita, un vaso de agua, la habitación tiene que ser ventilada.
Al hacer las oraciones siempre en el mismo lugar se abre una puerta dimensional, por lo cual tienes que pedir a los ángeles del San Miguel arcángel, que te protejan antes de que empieces a rezar y, al mismo tiempo, que protejan el lugar.
Cuando he visitado algunas casas, conventos, monasterios, he intuido la habitación donde se reza o tienen el altar. Es como un tubo de luz que emite una fuerza y un calor muy agradable. Se siente la paz que emana ese espacio sagrado.
No te olvides al terminar la oración de dar las gracias a los ángeles que te protegieron y que protegieron el lugar.
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Gracias por su visita
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